miércoles, noviembre 15, 2006

RUSH PICTURES


Manish Agarwal, crítico de música que ha colaborado para las secciones de TV y música de la revista TimeOut de Londres, y también para el Times, dice que el disco Moving Pictures (1981) de Rush tiene muchas capas de sonido, pero que, a pesar de eso, es claro y directo.
Capas de sonido. Haberlo oído antes. Hace mucho tiempo que buscaba un frase para expresar tal sensación. Siempre me he fijado en estas capas de sonido que trae una canción, pero no sabía como cresta definirlo. La música metal está plagada de capas de sonido. Uno se fija en la batería y otro puede estar sintiendo el guitarreo. La electrónica es lo mejor para ejemplificar esto de las capas de sonido. Si una canción de Paul Oakenfold empieza sólo con los bajos, después va agregando medios y altos, que al final confluyen en una misma melodía, llegando cada capa de sonido a formar una sola canción.


Rush tiene muchas capas, así como una galleta Alteza, pero las capas de Rush son muchísimo más dulces.
En fin. Vamos ya al disco Moving Pictures, que tengo ansias por comentarlo.

Todo empieza con la historia de Tom Sawyer, pero pareciera que el personaje de Twain aterriza en la luna desde un principio. Luego es atacado por las notas del melodioso bajista y vocalista Geddy Lee, quien tiene un parecido con John Lennon. Luego viene Red Barchetta (a mi gusto, la mejor del disco), con posturas polifónicas que Alex Lifeson rasguea produciendo sonidos multiorgásmicos. YYZ, la conocí primero en el álbum en vivo Exit...Stage Left, y me dejó pal gato el “solo” que se mandaba en mitad de canción el baterista Neil Peart. Yyzzztriónico. Luego viene la más popera Limelight, que tiene un hijo de rasgos muy parecidos, me refiero a Time Stand Still.
The Camera Eye es de las canciones más atractivas del disco. A pesar de sus casi 11 minutos de duración, logra sumergir al auditor en un mundo oscuro y sintetizado. Lo que sigue (Witch Hunt) es como un capítulo del The Wall de Pink Floyd, algo como Is There Anybody Out There?. Para finalizar, Vital Signs, una heredera total de la música de Police; su estribillo tiene esa mezcla de rock y reggae característica del conjunto liderado por Sting.

Música hecha y derecha para una película de ciencia-ficción, algo como Blade Runner, o 1984. Es demasiada la similitud de este disco con la música de Vangelis, obviamente con un gran touch de uno de los mejores conjuntos de rock progresivo de todos los tiempos: RUSH.

Debo agradecer a Tomás Price por insistirme desde que éramos chicos a que escuchara este grupazo, junto con ver las películas de Kickboxer y de Jean Claude Van Damme.

No sé si quedarme con éste o con 2112, pero ya que me muevo por las pasiones del momento me quedo con éste. Repito. Me dejé llevar por las pasiones momentáneas. Y este disco, como su nombre mismo lo dice, es una pintura musical que se mueve, y que puede desaparecer luego de mis oídos.